“Hay sentencias que han condenado por dejación a comunidades de propietarios”

El Colegio Territorial de Administradores de fincas de la provincia tinerfeña recuerda que sólo el mantenimiento de los edificios evita desprendimientos como los ocurridos durante el temporal.

Santa Cruz de Tenerife, 17 de diciembre de 2013. El Colegio Territorial de Administradores de Fincas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife hace un llamamiento a la responsabilidad de propietarios de viviendas, en general, y a los presidentes de las comunidades de propietarios, en particular, para que ordenen proceder al necesario mantenimiento de los edificios. Esto es vital para evitar los desprendimientos de las fachadas, que pueden causar serios daños a los ciudadanos que se vean sorprendidos por la precipitación de cascotes de balcones y trozos de cornisas, como se ha comprobado durante el reciente temporal, aunque afortunadamente en esta ocasión no ha habido que lamentar heridos o males mayores.

El Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Santa Cruz de Tenerife va más allá en su recomendación y advierte de que “ha habido sentencias de condena a presidentes de comunidad por lo que se considera una dejación”, tal y como recogen las diversas normativas al respecto, por no exigir a los propietarios o no cumplir con los debidos mantenimientos, obra o rehabilitación, según sea el caso, del inmueble.

El Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Santa Cruz de Tenerife hace este recordatorio sólo unos días después del fuerte temporal que ha azotado a las islas, durante el que se pudo comprobar que se repiten los desprendimientos de cornisas y caída de material de balcones a calles o plazas por un deficiente mantenimiento de fachadas y edificios, lo que se ha convertido en un riesgo evidente para la población y que hace temer un peligro con cada alerta de lluvia o viento.

El Colegio de Administradores de Fincas subraya que este mantenimiento de los edificios, que es obligatorio por ley, así como las reparaciones que se consideren necesarias, deben ser llevadas a cabo por los profesionales habilitados, capaces de ofrecer la mejor solución, “puesto que el ahorro de hoy, puede ser el disgusto de mañana”. E insiste en que la intervención en edificios requiere siempre de profesionales técnicos expertos, como arquitectos y aparejadores, que verifiquen estructuras, planos, calidades y otras cuestiones con el objetivo de garantizar que la obra esté bien realizada, así como evitar sorpresas desagradables en un futuro.

Como se recordará, y en cumplimiento de la normativa sobre Inspección Técnica de Edificios, se está realizando actualmente un censo de los inmuebles que cuentan con 50 años, o más, de antigüedad por parte de las gerencias de urbanismo de cada municipio. Sin embargo, una aplicación cicatera de la normativa no va a permitir atajar un problema que hace que en una capital, como Santa Cruz de Tenerife, existan decenas de edificios rodeados por antiestéticas vallas o mantenidas sus fachadas por redes por no haber detectado o no haber querido llevar a cabo el mantenimiento preciso.

Se estima que sólo dedicando un porcentaje económico mínimo al año por propietario y piso, se podría eludir un desembolso que en muchos casos aparece como inasumible cuando la obra o rehabilitación del inmueble ya se hace impostergable.

Por todo ello, este Colegio profesional hace un llamamiento a las comunidades de propietarios y a las gerencias de urbanismo de cada ayuntamiento para redoblar esfuerzos que deben servir para mejorar el estado de conservación de los edificios para el bien de todos.

En los administradores de fincas, profesionales inscritos en nuestro Colegio, las comunidades de propietarios pueden encontrar los mejores asesores que, junto a los técnicos, están en condiciones, por sus conocimientos y experiencia, de dar soluciones eficaces al mantenimiento y conservación de los inmuebles, sin riesgo para la propiedad de incurrir en responsabilidades civiles y penales antes hechos que se repiten cada vez que nos encontramos ante temporales y fenómenos meteorológicos adversos.



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