Actos 50 Aniversario: Magnífica charla del director de OTIS en Canarias, Manuel Suárez, en la que presentó los ascensores abastecidos con paneles solares como ideales para las islas

La primera demostración pública del funcionamiento seguro de un ascensor tuvo lugar en 1854, en Nueva York, por Elisha Graves Otis, aprovechando la Exposición Mundial que se celebraba en el Palacio de Cristal. El éxito fue tal que se sucedieron los pedidos, y en 1873 había ya más de 2.000 ascensores Otis en edificios de oficinas, hoteles y centros comerciales de Estados Unidos. Y pronto se extendieron por todo el planeta. En 1877 la marca instalaría el primer ascensor en Madrid.

Desde aquel hito histórico hasta hoy, la multiplicación de estas instalaciones en España ha sido tal que nos ha convertido en el país con más ascensores por habitante del mundo, una ratio que obedece, entre otros motivos, a la obligación legislativa de estas instalaciones en edificios de más de dos plantas. No obstante, donde más crece la demanda en la actualidad es en los países asiáticos, como China, en donde surgen nuevas urbes conforme millones de ciudadanos se trasladan anualmente del campo a la ciudad, y en los países árabes, en donde se compite, además, por batir el récord del edificio más alto del mundo.

En este tono de mezcla de curiosidades sobre instalaciones sorprendentes que dan respuesta a auténticos retos tecnológicos y la información sobre el desarrollo de sistemas y aplicación de nuevas tecnologías que prueban la constante evolución que caracteriza a este sector, discurrió la charla que ofreció el pasado viernes, 23 de marzo, el director de OTIS en Canarias, Manuel Suárez, en el marco de las actividades que ha programado el Colegio de Administradores de Fincas de Santa Cruz de Tenerife con motivo de su 50 Aniversario. En este caso, con la colaboración de la firma, del Ayuntamiento de Santa Cruz y la asociación Tu Santa Cruz.

Así, fue posible conocer los nuevos desafíos que enfrentan las empresas y los que el sector se impone a sí mismo para mejorar la seguridad, la gestión del tráfico y otros aspectos que el autor de la presentación resumió en que: “el futuro pasa por el ahorro energético y la accesibilidad”.

Ya no futuro, sino presente y realidad fue la descripción que hizo de los nuevos ascensores eléctricos, y sus versiones más avanzadas, que no requieren cuarto de máquinas, que consumen menos que un microondas, ofrecen el máximo confort y en los que desaparece el aceite. “Tecnología superior al cambio de cables y que evita paradas de mantenimiento”, palabras muy dirigidas a los administradores de fincas colegiados allí presentes.

O los más ecológicos ascensores que funcionan gracias a paneles solares. Una apuesta que consideró muy idónea para las islas puesto que las azoteas son el lugar perfecto para instalar los paneles, y que ya ha generado el interés concreto de la isla de El Hierro, en su afán por lograr abastecerse íntegramente de energías renovables.

También abordó la innovación en sistemas de seguridad y para la comunicación con los usuarios de los aparatos. Es el caso del sistema de comunicación bidireccional a través de videoconferencia que permite la monitorización permanente del ascensor y que admite, además, contenidos personalizados, como podría ser publicidad o la información de una convocatoria de junta. Y que aseguró que “cada vez lo veremos más”.

En edificios con mucho tráfico de pasajeros se refirió a los sistemas que, desde que se pulsa en un mando la planta a la que quiere acceder, el propio sistema gestiona y distribuye el tráfico, selecciona el ascensor al que se debe dirigir el usuario, con lo que se ahorra tiempo de espera, lo que es muy útil en recintos públicos como hospitales, de oficinas administrativas, etcétera.

En esta charla también quedó patente la indispensable incorporación de la tecnología digital al sector. Por ejemplo, Otis ha distribuido 3.000 teléfonos iPhone a sus técnicos en España, que complementa con horas de formación para la gestión desde este dispositivo de múltiples servicios, en especial de mantenimiento y seguridad de los ascensores.

En cuanto a este otro aspecto del futuro de los ascensores aseguró que la apuesta es clara: conectividad, inteligencia artificial y nuevos materiales, “que pueden ser hasta un 80 por ciento más ligeros que el acero”. Y que se quiere que sean también “más resistentes, duraderos y aerodinámicos”.

El futuro, añadió, “pasa también por la accesibilidad, que nos afecta a todos”. Y dijo que el ideal es instalar ascensores para más de 8 personas, porque permiten la entrada de una silla de ruedas. Y accesibles también en cuanto a comunicación.

Tras esta descripción de un sector tan tecnológicamente evolucionado, la pregunta obligada era ¿cuál es la realidad de su aplicación en las islas? “El 80 por ciento de los ascensores instalados en Tenerife tiene más de 20 años” (en sí mismo no es bueno ni malo, si se hacen las revisiones y el mantenimiento pertinentes), dijo Manuel Suárez, que lo interpretó como “una gran oportunidad para el sector”.

En cuanto a otra cuestión que han puesto de actualidad los trágicos accidentes en ascensores ocurridos en España, el experto aseguró que la caída de un ascensor es realmente difícil, porque se activan los frenos de seguridad en cuanto se detecta una aceleración de más del 20 %. “Si ocurre, hay que pensar en alguna o varias negligencias”, zanjó.

El coordinador de la Comisión del 50 Aniversario, José Domingo López de Vergara, presentó la charla y al conferenciante, dando también unas pinceladas de la historia del ascensor que, dijo, “ha contribuido al desarrollo de las urbes”. Como así quedó demostrado en la exposición del experto, al que se nizo entrega de un obsequio por parte del Colegio ipor su colaboración desinteresada en este acto.



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